Filà Molokays
La comparsa Negres Betànic’s es conocida por ser una comparsa familiar, y algunas de las componentes de nuestra filà llevan en la comparsa toda su vida disfrutando de las fiestas con sus padres y familiares. Las más veteranas, criadas en las filas de los niños, se juntaron con nuevos fichajes para inaugurar así la actual filà Molokays que desfiló por primera vez en 2004.
Nuestros comienzos fueron bastante caóticos porque hay que reconocer que hoy en día otras filàs confeccionan sus trajes con mucho esmero. Por aquella época, nosotras contábamos con algunos retales y piezas sueltas de trajes rotos o viejos, que debíamos coser y recomponer con nuestros propios medios y sin un duro, pero con muchas ganas.
Los primeros trajes que sacamos en los desfiles bien pueden definirse como remiendos haciendo su labor como “tapa-rabos”. Pero con la ilusión que nos hacía salir desfilando, ya podíamos ir con los dobladillos sin hacer, o con piezas enganchadas con imperdibles, que nos daba lo mismo. Lo importante era poder desfilar todas juntas y que en conjunto diéramos el “pego” y fuéramos cómodas y muy vistosas.
La decisión del nombre fue escogida primero al azar, localizando una isla perdida en medio de Hawái, con un nombre que nos gustó.
La isla está situada en el centro del archipiélago de las Islas Hawái. Es conocida por ser donde se estableció una colonia para aislar a los leprosos del resto de islas y así evitar su contagio. El Padre Damián fue enviado en 1865 como misionero católico, para llevar la Fe y ayudar a los enfermos. Allí dedicó el resto de su vida al cuidado de los mismos.
En 1959 se hizo una película española, Molokai, la isla maldita, que narraba su historia, pero nosotras la descubrimos en un capítulo de Los Simpson en el que se hace mención a la isla y a sus enfermos.
Por eso desde entonces nuestro lema es: “Hasta que se nos caiga la piel”.
Nuestra filà era una de las primeras compuestas por adolescentes y cuando nos fuimos haciendo mayores las cuotas no hacían distinción entre jóvenes estudiantes y adultos. Por lo tanto, para poder seguir disfrutando de las fiestas por un precio asumible para nuestros bolsillos, propusimos a la comparsa incluir en las cuotas la cuota de estudiantes. Finalmente se decidió pasar a tener una cuota “aceptable” para jóvenes estudiantes mayores de edad.
Por otro lado, a lo largo de estos dieciséis años, de nuestra filà han salido tres Abanderadas en 2006, 2007 y 2010 y dos Sultanas en 2007 y 2012. También hemos compartido un premio a mejor cabo, y aunque puede que nuestras puntuaciones no sean siempre buenas, hemos aprendido a desfilar juntas disfrutando cada segundo de los desfiles.
La filà Molokays ha desfilado ininterrumpidamente desde sus inicios a pesar de que con el paso de los años las obligaciones y responsabilidades han ido creciendo. Hemos tenido bajas, unas más largas que otras, algunas que parece que no vayan a volver nunca y otras que desesperadamente esperan a ver los cuadrantes de las vacaciones para ver si cuadran con las fiestas y así poder apuntarse de nuevo.
Sea como sea, Molokays “forever”, porque nuestra puerta nunca se cierra. Aunque algunos años seamos solo siete u ocho, seguimos al pie de cañón, porque quién sabe, quizá algún día volvamos a ser dieciséis o diecisiete y tengamos que volver a desfilar apretadísimas, puede que incómodas, o incluso compartiendo traje para salir al menos en un desfile, pero siempre todas juntas. Porque no hay otra manera mejor de disfrutar las fiestas si no es con toda tu filà, en manada, todas a una.
Puede que nunca vuelva a ser como en los viejos tiempos, porque las circunstancias cambian. La juventud se esfuma, llegan los niños, pero las ganas persisten. Y quién sabe, puede que en unos años vivamos las fiestas de manera diferente, con nuestros peques correteando por la comparsa, echándoles un ojo mientras juegan y se divierten tal y como hemos visto hacer a la gran mayoría de comparsistas que forman esta gran familia de Negres Betànic’s.
Porque la fiesta se lleva en la sangre, los Negres tiran… y mucho. Todos los años deseamos que lleguen las fiestas para poder disfrutar con los nuestros, todos juntos, como siempre ha sido y como siempre será.
Así pues, las Molokays deseamos que nuestra gran familia siga siempre unida, junta y dispuesta a mantener una tradición de muchos años, y de muchos más que quedan por llegar.
Molokays y Negres siempre “¡Hasta que se nos caiga la piel!”.